lunes, 9 de julio de 2012

SUELOS ARCILLOSOS: formado principalmente por arcilla, retiene el agua formando charcos.

  Está formado por el 45% de arcilla, tiene una elevada retención de agua y nutrientes, posee una baja porosidad y por lo tanto carece de aeración. Son terrenos difíciles de trabajar por su elevada viscosidad y muestra gran resistencia para la penetración de las raíces les impide una buena aeración y por lo tanto las mismas terminan pudriéndose.

   Presenta color amarillo y esto indica óxido de hierro hidratado, son excelentes depósitos de agua y encierran minerales que pueden ser utilizados con facilidad, sin embargo este tipo de suelo tiende a contener excesos de agua y eso impide el buen desarrollo de la planta ya que por su viscosidad y dureza sus raíces no se desarrollan como deben ser.

  Una de sus ventajas sigue siendo la retención de agua y minerales y conservan fácilmente la forma que le damos al trabarlo, las plantas que pueden plantarse en este tipo de suelos son aquellas que poseen raíces potentes y capases de penetrar en capas más profundas como las plantas medicinales o aromáticas como por ejemplo: menta, nogal, melisa, etc. 




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